Antiguamente, en la Sierra, a los enfermos se les preparaban unos obispos, parecidos a las torrijas. Y cuentan, que si no sanaban, al menos ayudaban a recomponerse.
Rebanadas de pan gruesas, vino tinto, azúcar, aceite, canela, huevos y harina.
Las rebanadas de pan, mejor asentado, se cortan de unos dos dedos de espesor, y se dejan en remojo durante un tiempo, hasta que empapen bien, con vino tinto y azúcar. Luego se rebozan en harina y huevo batido y se fríen en abundante y caliente aceite. Se espolvorean con una mezcla de canela y azúcar.
miércoles, 30 de enero de 2008
OBISPOS
en 6:28
Etiquetas: Reposteria
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