jueves, 24 de enero de 2008

Cardillos guisados

Con la llegada de la primavera los campos se llenan de plantas que generalmente desechamos. Una de ellas es el cardillo, que se cría en sembrados y barbechos. Se asemeja a un manojo de borraja muy pequeño y abierto. La penca de las hojas, peluda y áspera, un poco pinchante, se usaba antes como verdura. Tiene un sabor contundente, parecido a la borraja, pero más fuerte.
Como todo lo que recolectemos directamente de la tierra, en zonas ganaderas, es necesario lavarlo muy bien, a poder ser con unas gotas de lejía. El cardillo se prepara como cualquier otra verdura, pero siguiendo el espíritu de esta sección, lo haremos de la forma más sencilla posible, dejando que el sabor del propio producto sea lo que impere y, por supuesto, utilizando lo que tengamos a mano.
Ya tenemos los cardillos bien lavados, sólo la penca, y los ponemos a cocer con sal unos cinco minutos, pues es muy tierno. Sólo hará falta freir, en un buen aceite de oliva, unos ajos fileteados y un poco de pimentón, si gusta, una pizaca de cominos, echar por encima y dejar cocer dos minutos más.

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