jueves, 24 de enero de 2008

Grumo (col o repollo) relleno


El grumo, col o repollo es esa verdura fuerte y resistente con la que el soriano puede contar a lo largo de todo el año, y que nuestros antepasados arévacos ya la incluían en su dieta.
Se nos acaba de ocurrir una forma de cocinarla sin que tenga que moverse de casa. Nuestro amigo Celestino, de La Rubia, que tiene buen huerto de repollos, seguro que cuenta en su despensa (más bien su esposa Maximina), con todo lo necesario.
Buscaremos un grumo alargado, lo partiremos por la mitad y lo vaciaremos por dentro, quitándole como la mitad de las hojas. Lo pondremos en una cazuela mediada de agua hirviendo con sal durante diez minutos, después lo dejaremos escurrir. Mientras haremos un relleno con miga de pan reposado recalada en leche, ajo y perejil machacado, los recortes del jamón con tocinillo incluido y unos huevos batidos (como la bola del cocido más o menos), lo colocamos en el hueco del grumo y lo ponemos de nuevo a hervir, cerrado, y dándole la vuelta en la cazuela a los diez minutos. No es necesario que tenga mucha agua, pues sale más gustoso si se cocina casi al vapor. El relleno puede hacerse también con gambas, o cada cual le puede poner la imaginación que desee o tenga.
Una vez hecho, lo dejamos enfriar un poco y con un cuchillo bien afilado lo hacemos rodajas de unos cuatro centímetros. Lo colocamos en una bandeja y lo rociamos por encima con una salsa de cebolla que elaboraremos así: en aceite de oliva ponemos a pochar dos cebollas troceadas y dos dientes de ajos en láminas. Cuando esté transparente añadimos un vaso de vino del que se tenga, igual blanco que tinto, un poco de nuez moscada y la sal necesaria, todo esto lo pasaremos por la batidora y, bien caliente, lo rociaremos por encima de las rodajas del grumo.

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